En ocasiones damos muchas vueltas tratando de encontrar la razón exacta del por qué estamos en dónde estamos. Si la situación es buena, habrá agradecimiento; pero si la situación es difícil, se comienza pensar en las opciones y decisiones tomadas; en las oportunidades desaprovechadas… hasta incluso se saca una lista de los posibles culpables de la situación; este es el camino fácil que no lleva a encontrar una solución.
Algunos incluso llegan a estar muy molestos porque no logran encontrar respuestas a su situación; y es ahí que se requiere la ayuda de un experto.
El Señor es el “Maestro de maestros” que dará “luz” a tu vida; si lo buscas encontrarás en Él la respuesta.
Evaluar el por qué se está en una situación requiere que seamos precisos y certeros en la evaluación, profundizando para encontrar la verdadera “raíz”.
En el libro de los Proverbios capítulo 20 verso 5 encontramos esta reflexión “Los pensamientos humanos son aguas profundas; el que es inteligente los capta fácilmente” (NVI). ¡Gran sabiduría hay en estas palabras!; pues la mayoría de las personas hace “juicios sin profundidad” o “emocionales”; pero quien quiere ser sabio y entendido deberá buscar en lo profundo.
Podemos entonces hacernos la pregunta ¿Cuáles son mis aguas profundas? ¿Qué es lo que realmente me tiene tan molesto(a)?; ¿Por qué he llegado a estar en esta situación?”. Hacerse las preguntas y meditar en las respuestas en calma y con tiempo para que Dios ilumine nuestra mente, hará que podamos encontrar las respuestas que buscamos.
Debes buscar en los “propósitos de tu corazón”; que son tus propias “aguas profundas”.
No te aceleres a encontrar respuestas, relaja tu mente y emociones, hazte las preguntas correctas y busca en lo profundo de tu corazón; no te quedes en los superficial, con la ayuda de Dios encontrarás, no solo la respuesta, sino también la ruta para salir de allí.
Oro para que puedas “buscar en lo profundo” y que así, Dios te ayude a encontrar las respuestas que requieres en esta etapa de tu vida.
Versículo: “Los pensamientos humanos son aguas profundas; el que es inteligente los capta fácilmente”. Proverbios 20:5 (NVI)