Ahora sabemos que actitud es la tendencia predominante de una persona a responder favorablemente o desfavorablemente ante un objeto, una persona, un grupo o un evento. Y que, por todo lo que sabemos o vivimos, no queda duda de que la actitud determina el nivel de éxito que una persona pueda alcanzar en cualquier área de su vida.
¿Te has preguntado, qué dice la Biblia acerca de las actitudes?
Lo primero que te quiero enseñarte es que las traducciones que se hacen de la Biblia al español utilizan diferentes palabras para referirse a la “actitud” de alguien, por ejemplo. usa palabras tales como: la mente, el rostro, el corazón.
Y todo esto porque la actitud es una palabra muy descriptiva que da una idea de cómo una persona piensa o siente sobre algo o alguien.
Como es obvio que la palabra de Dios reconoce la importancia de la actitud, y, o bien elogia o condena a la gente para el resultado de la actitud de sus vidas.
Hoy quiero dejarte saber que la actitud y la forma de hablar están directamente relacionadas.
Debemos cuidar nuestra forma de hablar. Por medio de nuestras palabras, el tono, el volumen, el énfasis que le damos a lo que hablamos transmite lo que hay en nuestro interior. Esto es tan cierto y tan importante que el mismo Señor Jesús nos dejó instrucciones al respecto, leamos lo que dice en Mateo 15:10-11 “Jesús llamó a la multitud y dijo: —Escuchen y entiendan. Lo que contamina a una persona no es lo que entra en la boca sino lo que sale de ella”.
Para luego afirmar en Mateo 15:18 “Pero lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona”.
Cuidar la manera de hablar y colocar nuestro interior en las manos del Señor nos dará la capacidad para cambiar nuestras actitudes incorrectas. Job en la Biblia lo logro, tú también puedes. Decídelo y déjalo en las manos de Dios.
Oremos: “Señor, gracias por mostrarme lo importante que es la manera de hablar para mi vida y mi relación con los demás, pero especialmente para mi relación contigo. Te pido me ayudes a mantener en mi boca las palabras correctas y así ayudar a cambiar mis actitudes, lo pido y declaro en el nombre de Jesús, Amen”
Versículo: “mis labios no pronunciarán maldad alguna, ni mi lengua proferirá mentiras”. Job 27:4 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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