Al comenzar un nuevo ciclo en nuestras vidas debemos partir del hecho de que vamos a obtener lo mejor de ese nuevo tiempo; por tanto, la expectativa y la actitud son fundamentales para entrar con “pie derecho” en dicha nueva etapa.
Cuando en la mañana abrimos los ojos nos percatamos de que Dios nos ha regalado un día más de vida; al despertar se nos activan los sentidos y tenemos la oportunidad de empezar un ciclo corto al que llamamos día.
Quisiera invitarte para que al despertar tomes conciencia de “ese momento” para agradecerle a Dios, para lo primero sea estar consciente del amor de Dios.
Despertar cada día es una oportunidad para conectar nuestra alma a lo trascendente, para conectarse con Dios, para darnos cuenta de que somos pasajeros en un viaje llamado “vida”; el cual, cuando lo pasamos cerca de Dios adquiere sentido, propósito y nos conecta con la eternidad de nuestro Padre Celestial.
Es por esto que al despertar cada día debemos ser conscientes de que estamos en el mundo pero que “no somos de este mundo”, que estamos de viaje, que somos peregrinos, que somos forasteros en este mundo; y que este no nuestro destino final, sino que es la habitación temporal; que la eternidad está en el cielo y que el camino al cielo es Jesús.
Necesitas, despertar cada día y reconocer que somos diminutos ante la grandeza de Dios; pero que por pequeños que seamos para Él somos muy importantes, no importando la soledad, dolor, enfermedad o situación difícil por la que estemos pasando, para Dios somos muy importantes.
Te invito hoy para que al empezar este nuevo día lo estrenes con gozo en el corazón, aunque no haya motivos para estar alegres; porque este será un día de conquista si lo crees así; será un día de bendición si así lo determinas en fe.
Si crees en Jesús eres un hijo de Dios, y Él un Padre para ti, que te cuida y protege, que te ayuda y estimula… así que… tienes un día, una semana, un mes y un año para vivirlo a plenitud, créelo y vívelo, porque ese es el plan de Dios para sus hijos, la plenitud en Cristo Jesús.
Oremos: “Señor, hoy el despertarme y darme cuenta de que estoy vivo te doy gracias. Este día lo pongo en tus manos, mi vida, mi familia, trabajo y todas mis situaciones personales; que en tus manos todo me ayudara para bien, lo declaro en el nombre de Jesús, Amen”
Versículo: “De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia” Juan 1:16 (NVI)