“No podéis beber de la copa del Señor y, a la vez, de la copa de los demonios; ni podéis participar de la mesa del Señor y, a la vez, de la mesa de los demonios”
1 Corintios 10:21
En esta época moderna todos estamos expuestos a accesorios, vestimentas, películas, libros, juegos, música, entre otros, que en realidad no sabemos cuál es su real procedencia.
Muchos profesamos a Dios de labios; pero nos dejamos llevar por las tendencias de la moda o de nuestro círculo social sin detenernos a pensar que tan perjudicial puede ser para nuestras vidas.
Dios es muy celoso y no comparte su Gloria con nadie. Le gusta que le adoremos a Él y solo a Él. Para poder servir al Señor debemos conocer las cosas que le agradan y las que aborrece.
Hay personas que ignoran que ciertas prácticas son de ocultismo y que no tienen nada de “sanas” en cuanto a lo espiritual se refiere. Si usted es cristiano debe tener cuidado de no leer horóscopos, no consultar adivinos de ninguna índole (ni personal ni virtual), no practicar la magia ni de juego, no utilizar imágenes de ningún tipo de santo en su casa y mucho menos usar algún tipo de símbolo que represente protección. Todo esto es contrario a los preceptos de Dios. Si usted incurre en alguna de estas prácticas considérese advertido que debe abandonarlo lo antes posible y pedir perdón a Dios. Pues las consecuencias de las mismas pueden ser nefastas para su vida.
Usted no necesita una pulsera ni ningún accesorio para recibir la protección de Dios. Usted debe tener la seguridad que Dios le cuidará con el simple hecho que usted lo crea y lo declare como lo dice en el salmo 91:4 “pues te cubrirá con sus alas y bajo ellas estarás seguro. ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!”
No se engañe, Dios es único y soberano. No intente nadar en dos aguas al mismo tiempo. Sea fiel con el Dios que no le fallará nunca.
DECLARACION: AL SEÑOR MI DIOS SERVIRE Y SOLO A EL.
Oración: Señor sé que eres grande y poderoso. Perdóname si por ignorancia he estado bebiendo de la copa de los demonios y esto ha provocado tu ira, te pido perdón y te ruego que poses sobre mí tu Santo Espíritu y traiga corrección sobre cualquier área de mi vida que esté incorrecta ante tus ojos, en el nombre de Jesús. Amén.
-por: Mildred Natera