o vivir amargados por lo que no tenemos o no
podemos ser. Solo podremos florecer, el día
que aceptamos que somos lo que somos, y
vivimos agradando a Dios por lo que tenemos.
¡Somos únicos!
Porque somos hechura suya,
creados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas.
Efesios 2:10