se desilusionan. Solo quienes nunca lo intentan,
jamás fracasan. Cualquiera que está luchando
por alcanzar alguna meta en la vida se está
al mismo tiempo arriesgando al fracaso.
Pero recuerda que siempre es mejor fracasar
tratando de hacer algo, que no fracasar sin
hacer nada. Dios nos ha dado vida para que
seamos hombres y mujeres dispuestos
a ser vencedores.
Trabaja con empeño y serás dirigente:
sé perezoso y nunca triunfarás.
Proverbios 12:24