Un día especial en la vida de una persona es su boda, la cual es un momento que no se olvida. Me recuerdo perfectamente del día en que mi esposa y yo nos casamos, día en el cual vimos la Fidelidad de Dios obrar. Y esa Fidelidad, Su Gracia y Misericordia nunca nos han desamparado. Pero ahora quiero hablarte de la más importante boda, la Verdadera Boda.
La Palabra de Dios dice en Lucas 14:16-24 “Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa. Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena”. También dice en Apocalipsis 19:6-9 “Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”.
RECUERDA, LA GRAN Y VERDADERA BODA ES LA QUE CELEBRARÁ CRISTO CON SU IGLESIA. ESTA BODA TENDRÁ COMO INVITADOS A TODOS LOS QUE HEMOS ACEPTADO A CRISTO JESÚS COMO REY, SEÑOR Y SALVADOR PERSONAL, ES DECIR, QUE FORMAMOS PARTE DE SU IGLESIA. Y LA MISMA IGLESIA ES LA ESPOSA EN LA BODA. ALELUYA. ¿YA TIENES TU INVITACIÓN A ESA BODA? ACEPTA A CRISTO JESÚS Y LA RECIBIRÁS.
Dios te bendiga,
Luis Manuel Polanco Schott