En la mañana de hoy, mi niño llevó a su colegio un oso de peluche. En un momento del trayecto desde donde vivimos allá, mi esposa le preguntó dónde estaba su tenis y al percatarse, él se lo estaba tratando de poner al peluche. Para mi niño es inconcebible que esté descalzo su peluche. Muchas veces nosotros podemos estar descalzos espiritualmente al no tener cobertura de Dios en nuestras vidas.
La Palabra de Dios dice en Génesis 39:2 “Y el Señor estaba con José, que llegó a ser un hombre próspero, y estaba en la casa de su amo el egipcio”. También dice en Salmos 1:1-3 “¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche! Será como árbol plantado firme junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; y en todo lo que hace, prospera”.
RECUERDA, DIOS ES NUESTRO AMPARO, ES NUESTRO ABRIGO, ES QUIEN NOS VISTE CON SU PRESENCIA. NO ESTEMOS DESCALZOS, NI SIN EL ABRIGO DEL ALTÍSIMO. SI SALES DE TU CASA, ¿TE GUSTARÍA ANDAR DESCALZO? PIENSO QUE NO. POR ESO, PARA ESTAR CON LA VESTIMENTA QUE NECESITAMOS Y CON EL CALZADO QUE DEBEMOS TENER ES IMPRESCINDIBLE QUE CRISTO JESÚS SEA SEÑOR, REY Y SALVADOR DE NUESTRAS VIDAS. ¿YA LO TIENES EN TU VIDA?
Dios te bendiga,
Luis Manuel Polanco Schott