El creyente en Cristo Jesús debe mirar su vida de una forma diferente a la que las otras personas miran sus vidas. El creyente debe mirar su vida desde la perspectiva de la fe. Es que el creyente es un hijo de Dios y los otros son criaturas de Dios. La mirada del creyente está en su Dios y su Dios es más grande que cualquier cosa que pueda acontecer en su vida. (Jorge L. Cintrón)