Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.

Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.

Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.

Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy.

Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo.

Entonces Jesús les dijo de nuevo: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.

Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá,

Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis razón, porque lo soy.

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador.

Yo soy el Alfa y la Omega –dice el Señor Dios– el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y Él puso su mano derecha sobre mí, diciendo: No temas, yo soy el primero y el último.