El miedo o temor es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento desagradable y angustiante, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.
La realidad del miedo no es tan solo lo que puede significar, sino el daño que puede hacer en nosotros. Vivir lleno de miedos puede paralizar todos los planes de Dios con nosotros. El miedo es una de las herramientas favoritas del enemigo para evitar que vayamos adelante en nuestras vidas. Cuando se toman decisiones que implican dar pasos de fe, creyendo lo que Dios dice, entonces el enemigo colocará pensamientos, dudas, angustias para que el miedo sea manifestado en nosotros. Todo miedo comienza con un pensamiento o con una percepción temerosa en el momento en el que nos encontremos. Cuando permites que lleguen a la mente pensamientos tales como: “¿Y si esto no es de Dios?, ¿qué puedo hacer si no funciona?, No tienes capacidades para eso ¿cómo lo vas a hacer?, ¿de seguro que los demás se van a burlar de mí?, ¿y el dinero de donde va a salir?, etc.”
Pero la Palabra de Dios nos dice: “Porque Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7 – RVR60); es claro entonces que el miedo es un espíritu que afecta las emociones, la percepción real de las cosas y lo más grave anula el poder de la fe.
Decida confiar en el Señor, no permita que el miedo le atrape, le domine, le robe la paz y mucho menos que le pueda detener. Dice Dios que Él le ha dado a cambio, poder, amor y dominio propio. Nunca olvide que el Señor está con usted, que es Él quien le acompaña y le guía a tomar las decisiones y tener los pensamientos correctos.
Oremos: “Señor, gracias por darme el poder para eliminar los temores y los miedos creados por mi mente. Declaro eliminado todo pensamiento de derrota, angustia y temor que me impiden avanzar, decido poner en Ti mi confianza; avanzar, superar el miedo y los pensamientos negativos que puedan llegar a mi mente, lo creo y declaro en el nombre de Jesús, Amen”
Versículo: “Si tienes miedo de la gente, tú mismo te tiendes una trampa; pero si confías en Dios estarás fuera de peligro” Proverbios 29:25 (TLA)
Buen Día
Juan C Quintero
www.buendiatodoslosdias.com