Contienda es entendida en términos generales como una disputa, una pelea, una riña, o una fuerte discusión. Aunque también ha sido usada en los deportes y otras áreas como la manera de enfrentarse con el fin de ganar un encuentro.
En las relaciones humanas la contienda es algo muy destructivo, porque es sinónimo de visiones diferentes, quizás opuestas; está ligada al orgullo; es una forma de expresar temor; además es la manera de actuar de alguien que vive a la defensiva. Y es perjudicial porque puede destruir relaciones, familias, sociedades, ministerios, etc.
La contienda muchas veces comienza con algo muy pequeño, como una palabra mal usada, una mirada acusadora o un gesto desagradable, que puede crecer hasta convertirse en una batalla de palabras y terminar en un gran conflicto.
La Biblia habla del contencioso como una persona “necia” que no se mide para hablar, que por su necedad termina en discusiones, las cuales son en su mayoría evitables.
¿Cómo evitar la contienda?… pasando por alto las palabras ofensivas, o los ataques de los demás.
He podido darme cuenta que cuando una persona ofende a otra, la situación emocional fuerte está principalmente en quien ofende más que en el ofendido. Muchas veces las personas inician contiendas porque tienen grandes cargas emocionales en su interior que no han podido liberar y lo hacen atacando a otros.
Por eso es sabio pasar por alto la mala actitud del agresor, sabiendo que al hacerlo también se está honrando a Dios. ¿Cómo ver al contencioso?; la Biblia también nos ensena que “el amor cubre multitud de pecados”.
La “palabra amable aquieta la ira” en lugar de enojarse, respire profundamente, no se deje caer en la trampa de la contienda, sea paciente, amable… eso le hará ser una persona honrosa que tiene dominio propio.
Te invito a que decidas evitar los conflictos. Cree lazos de amor, de unidad, de paz.
No hay que devolver mal por mal, sino mal por bien… porque todo lo que siembres, de eso mismo cosecharás.
Oremos por la paz, por aquella que empieza en el corazón con Jesús brillando en su interior y que se traslada a todo lugar… el hogar, el trabajo, la comunidad y que se expanda en todo lugar.
Versículo: “Los labios del necio son causa de contienda; su boca incita a la riña”. Proverbios 18:6 (NVI)
Buen Día – Antídoto contra la contienda
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