La Palabra “deleite” está asociada a un placer que se relaciona con el estado de ánimo. Es algo que produce satisfacción, o goce, o que es de mucho agrado para la persona.
He vivido esta experiencia muchas veces, así como también he visto a personas deleitarse. Por ejemplo, cuando en casa jugamos con nuestros hijos sin la premura del tiempo y sin interrupciones podemos decir que nos deleitamos.
En el Salmo 37, verso 4, David declara “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón” (NVI). Estas palabras del salmista nos indican que este es un acto deliberado; como algo natural espontaneo, que no es una carga deleitarse en el Señor, sino por el contrario algo que se disfruta, que produce gozo y agrado para la persona que lo hace.
Es tan poderosa esta declaración que el Señor nos promete una gran recompensa, que al hacerlo “nos concederá los deseos del corazón”. Al igual que cuando he disfrutado de un tiempo especial con mis hijos quisiera que esos momentos no terminaran y me siento dispuesto a darles y hacer por ellos que fuera necesario; hasta concederles los caprichos del momento, tales como, comprar una pizza, helado o algo que ellos en ese momento deseen.
¡Si esto lo hago yo, siendo una persona con limitaciones, por mis hijos; cuanto más lo hará Dios por nosotros, al saber que para Él no hay límites!.
Deléitate leyendo la Palabra de Dios, disfruta la soledad con el Señor para orar, gózate cantando alabanzas y canciones de adoración; tu vida será distinta, tendrás buenos días todos los días si lo conviertes en un hábito nuevo.
Oremos: “Señor, que alegría saber que te tenemos como nuestro Dios, que quieres que disfrutemos en tu presencia y que haya gozo al estar contigo. Quiero siempre deleitarme pasando tiempo contigo, solo por el hecho de sentir tu amor, tu paz y recibir de tu fuerza para un nuevo día, lo declaro en el nombre de Jesús, Amen”
Versículo: “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón”. Salmos 37:4 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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