¡Hay tantos motivos para dar gracias!… aunque muchas veces estos pasan inadvertidos para la mayoría de las personas, por eso, un buen ejercicio será el hacer una pausa para traer a nuestra memoria todos los beneficios recibidos de Dios y así ser agradecidos con Él, aunque aún más importante es que este ejercicio no sea solamente porque se está celebrando una fecha especial, sino porque buscamos que se convierta en una costumbre de todos los días.
Hay muchos versículos en los que se nos invita para que seamos agradecidos con el Señor; por ejemplo, en el Salmo 92 verso 1 dice: “Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre” (NVI). David, el gran rey que también fue pastor de ovejas aprendió a ser agradecido con Dios, a reconocer que los beneficios y bondades provienen de Él y nos dejó sus memorias escritas en salmos en los que expresa sus más profundos sentimientos, sus más grandes revelaciones y su carácter.
Aprendamos a ser agradecidos, porque al hacerlo fortalecemos nuestra conexión espiritual.
Empezar la mañana alabando y dando gracias a Dios hace que nuestro enfoque cambie, nos alistamos para soportar y manejar cualquier carga y presión que tengamos, esto es especialmente cierto cuando reconocemos que la grandeza de Dios es infinita comparada con cualquiera de nuestras dificultades por grande que sea.
Igualmente, al terminar el día, si evaluamos lo ocurrido, podremos encontrar motivos grandes y pequeños por los cuales darle gracias a Dios, y aunque hayamos tenido un día difícil, siempre puedes encontrar motivos para dar gracias; el hacerlo traerá para nosotros la paz y la tranquilidad con la que podremos descansar e ir a dormir sabiendo que nuestro sueño estará en Sus manos.
Finalmente quiero dejarte en tu corazón esta reflexión: “Ser agradecidos puede llegar a ser un estilo de vida, que vencerá sobre el espíritu de ingratitud que acontece en nuestros tiempos”
Quien no es agradecido tiene una limitada percepción de la grandeza de Dios, lo que le impide ver que la sumatoria de las bendiciones, empezando desde las pequeñas al final se convierten en una gran bendición.
La oración de hoy la dedico a dar gracias a Dios por usted, amigo(a) lector(a) y por tomarse el tiempo de recibir, leer y reflexionar sobre los temas tratados en devocional llamado “Buenos Días, todos los Días”. La inspiración de Dios y el gozo de saber que alguien puede ser bendecido con estos mensajes son mi motivación diaria, así que bendigo su vida y espero que nuestro amoroso padre celestial derrame sobre usted y su familia Su Gracia, Su Favor y Su Amor.
Versículo “Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre” Salmo 92:1 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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