La palabra “Comunidad” se define como “un grupo de seres humanos que comparten elementos en común, y lo que la hace especial es que tienen una identidad común”.
Esto es especialmente importante para el cristiano, porque la finalidad que Dios tiene para nosotros es que tengamos elementos en común, y es claro porque tenemos a “Jesús” como nuestro centro, y la identidad común que nos distingue es que somos “hijos de Dios”
Para afirmar estos elementos debemos reunirnos. En la Palabra de Dios encontramos lo que dice en el Salmo 133:1 “¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!”. En estas palabras está reflejado el concepto de comunidad, de identidad y de unidad, este es el propósito del Señor para con nosotros, ¿Por qué? Porque nacimos siendo seres interdependientes, es decir, que nos necesitamos los unos a los otros.
Cuando nos reunimos en la congregación tenemos comunión con otros creyentes, compartimos la alegría de alabar y exaltar con cantos al Señor, es allí donde nuestro Padre celestial nos fortalece por medio de Su Palabra.
Pero, además, es allí donde encontramos refugio para nuestras tristezas y gozo en nuestros triunfos, es allí donde podemos integrarnos porque tenemos una misma identidad como hijos de Dios.
Pero hay más, es en la Iglesia donde podemos encontrar el propósito de la existencia, donde servimos para el Señor y para edificar a los demás, es en la iglesia donde podemos demostrar nuestro amor por Dios y por la gente, no porque encontremos personas perfectas, sino que, por el contrario, es en el sitio de congregación donde aprendemos sobre la tolerancia, el respeto, el perdón; porque tampoco nosotros somos perfectos; es decir, que allí nos perfeccionamos con el favor y la Gracia de Dios.
Así que congregarse es vital para el creyente y quien más se beneficia de formar parte de una comunidad llamada Iglesia… ¡eres tú!; esa es tu casa, donde crecerás en los niveles emocionales, pero sobre todo en lo espiritual. No dejes de congregarte, una familia te espera y el mensaje que Dios trae por medio del predicador o del pastor te edificará para que la fe no decaiga.
Oremos “Señor, oramos hoy por la iglesia. Te pedimos que despiertes en muchos el deseo de buscarte cada día, especialmente los días de congregarnos. Como nos ensenas es bueno y agradable convivir los hermanos juntos y en armonía. Sabemos que sin tener un lugar donde podamos pertenecer nos debilitamos en nuestra fe. Gracias por mi Iglesia, por los pastores y líderes de ese lugar, por los hermanos y por la comunión que tenemos, lo creemos y declaramos en el nombre de Jesús, Amén”.
Versículo “¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!” Salmos 133:1 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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