Es normal anhelar tener la sensación de confianza y seguridad, tanto en nuestra vida, como en lo que hacemos diariamente.
Sé que muchos al final de una jornada se sienten agotados, sin fuerzas; quizás por el trabajo fuerte, tal vez porque tienen una carga emocional, una situación con un miembro de la familia, o con sus amigos, que les agobia y les roba las fuerzas.
Otros incluso se dejan llevar por la depresión, la que los lleva a vivir en soledad.
Si este es tu caso o el de alguien que conoces, les tengo una excelente noticia: ¡En todo lugar está el Señor!
Quiero invitarte para que leas en el Salmo 139 versos 8 al 10, en los cuales David hizo una reflexión sobre la certeza de que, “no importando dónde vayamos, el Señor está allí con nosotros” (a esto se le conoce como omnipresencia).
La realidad es que nunca estamos tan lejos que Dios no nos pueda alcanzar.
Su misericordia, amor incondicional y su guía están disponibles para quienes lo busquen. David entendió que el Señor era el mejor compañero de viaje, el amigo que es realmente fiel, y que además nunca le abandonaría. Lo vivió y lo escribió para que tuviéramos testimonio de su experiencia con Dios.
Te repito, “Dios está siempre disponible para el que le busca, aunque no le veas, aunque no lo sientas, allí está el Señor para extenderte la mano cuando lo necesites”.
Deja de sentirte agobiado(a); puesto que nunca estás, ni estarás solo(a).
Te motivo para que tengas un tiempo a solas, para hablar con Él, hazlo con tus propias palabras y Él -que seguro está donde tú te encuentras; te ayudará, te fortalecerá, sentirás alivio y libertad.
¡Inténtalo!.
Versículos: Si pudiera yo subir al cielo, allí te encontraría; si bajara a lo profundo de la tierra, también allí te encontraría. Si volara yo hacia el este, tu mano derecha me guiaría; si me quedara a vivir en el oeste, también allí me darías tu ayuda. Salmos 139:8-10 (TLA)
Buenos Dias
Juan C Quintero
www.buendiatodoslosdias.com