La unidad se provoca, pues no es algo que sea espontáneo en las personas. Provocar habla de intención, de un deseo profundo de que algo ocurra.
Para lograrlo es necesario que quien desee unidad tenga en cuenta algunos elementos importantes en su vida que le ayudaran a lograrlo.
Por ejemplo, para lograr la unidad en el hogar, en el trabajo o en la iglesia se necesita crear conexiones con las personas, esto es, encontrar los elementos comunes y construir una relación a partir de allí. Vivimos en un tiempo donde gran cantidad de mensajes son enviados. Cualquier persona con un teléfono inteligente y la información de otras personas podra comunicarse con ellos; pero este medio es frio y distante. Para construir relaciones es necesario pasar tiempo con las personas; esto es ser intencional en conocer y relacionarse con los demás.
Un segundo elemento clave para provocar unidad es en de tener una misión, una visión y metas concretas. La gente se motiva cuando ve orden y propósito, no se puede esperar que una familia esta unidad si no se sabe para donde va cada uno; no se puede esperar un gran equipo de trabajo en la oficina si no se tiene claro para dónde se ve; pero tampoco en la Iglesia si no se tiene una visión de Dios, clara y especifica de lo que Él quiere hacer en ese lugar y con esas personas.
Finalmente, para lograr unidad se requiere amar a la gente, lo que trae consigo un paquete de acciones reales, tales como: la misericordia, el trato amable, y la capacidad para ser empáticos, es decir, para colocarse en la posición de los demás.
Toma nota de esto “es imposible amar a alguien a quien no se esta dispuesto a perdonar y a entender”.
Para lograr la unidad debemos estar dispuestos a dejar de lado nuestros deseos, para pensar y poderse colocar en la perspectiva de las otras personas; sin renunciar a los valores, ni a los principios, ni al plan general, pero si aceptando que puede haber otros recursos, caminos y métodos para llegar a la meta
Seamos provocadores de la unidad
Versículo “Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión”. Romanos 12:16 (RVR1960)
Buen Dia
Juan C Quintero
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