Usamos la expresión “estancados en el desierto” para describir el estado de una persona, grupo de personas o de una organización que está pasando por momentos de estancamiento o de dificultades.
Bíblicamente hablando encontramos una situación similar con el pueblo de Israel cuando estaban huyendo de Egipto hacia la tierra prometida bajo la guía de Moisés.
En el libro de Deuteronomio capitulo uno, verso veintisiete dice “Murmuraron en sus carpas…”; el pueblo empezó a darle la culpa a Dios porque los pueblos y la gente de otras naciones parecía más grandes y poderosos que ellos. Esto los llevó a la rebelión en contra del líder Moisés.
Hoy en día pasa igual, la murmuración y la rebelión siguen dejando “estancados en el desierto” a personas con grandes talentos, a hombre y mujeres con poderosos llamados ministeriales y a organizaciones con buenos propósitos.
Cuando no se actúa acorde con la visión dada por Dios hay rebelión. El pueblo hebreo en el desierto comenzó a desconfiar de Moisés y murmuraron, esto les arrebato la fe en que Dios estaba al frente y que cumplirías sus promesas lo que se convirtió en una rebelión que les estanco durante cuarenta años.
Ten en cuenta esto “Quejarte te mantendrá lejos de las promesas de Dios”
Murmurar y quejarse actúan en oposición a la fe; estas actitudes, en lugar de darle vida e impulso a las actividades y a los planes, los detiene.
Cuando la murmuración llega, automáticamente se activa la queja, trayendo consigo la perdida de la fe; lo que conduce a la desconfianza en el poder de Dios.
Pero, la realidad es otra, “Dios es Dios, y Sus planes son de bienestar y de bendición para Sus hijos”.
Revisa tu estado actual, mira si hay murmuración y queja en tus pensamientos, vuélvete consciente acerca de aquellas conversaciones que tienes con los demás y huye de la queja y de la murmuración, coloca tu mirada en el Señor y avanza confiado(a) para no desmayar, ni caer en la rebelión, ni perder la fe.
Versículo “Por eso, como dice el Espíritu Santo: «Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión, en aquel día de prueba en el desierto”. Hebreos 3:7-8 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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