Reconocer el valor que una persona tiene, saber que se forma parte de un grupo, y que se es capaz de ejecutar una actividad con conocimiento y el talento, son elementos fundamentales en la vida de una persona.
Para todo ser humano es muy importante poder decir, “Yo si valgo”. Porque es una necesidad básica el saber que somos importantes para alguien más; de esta forma se mantiene una autoestima positiva y se fortalece el estado de ánimo.
Saber que se pertenece a un grupo, que se es aceptado produce gozo; hay un estado de inmensa alegría cuando se está rodeado de personas afines, a quienes amar y quienes nos amen… esto es sentirse entre familia y amigos verdaderos.
La sensación de soledad se hace evidente cuando una persona cambia de lugar de vivienda, de trabajo o de estudio, porque todo cambio genera incertidumbre, especialmente cuando se piensa si se va a ser aceptado en ese nuevo lugar.
También es importante sentirse útiles, es decir, necesitamos saber, y tener la certeza de que tenemos talentos; es triste encontrar personas que no se sienten importantes porque no han encontrado el talento o el don que Dios les ha dado y su vida se torna inestable.
La gran noticia que tenemos es que Jesús llena todos los espacios y necesidades de nuestra vida. Somos importantes y tenemos alto valor porque en Cristo recobramos el estatus de ser hijos de Dios, en Él somos ciudadanos del Cielo y herederos de todas las bendiciones.
Con todos los creyentes somos parte de la familia más importante, la de Dios; una familia que nos permite sentirnos seguros, en la que estaremos de aquí a la eternidad; pero también tenemos la oportunidad de descubrir nuestros talentos y dones porque en nosotros mora el Espíritu Santo de Dios, quien es el encargado de revelárnoslos y de darnos la fuerza que necesitamos para mantener la firmeza, la constancia y la fe para progresar.
Por tal motivo, si se siente solo(a), sin valor y que no sabe qué hacer ni a donde ir; entonces, ¡coloque sus necesidades delante del Señor hoy mismo, y crea con todo su corazón que Él obrará!… Únase a la familia de la fe, busque una Iglesia, empiece ya, no espere más y verá como su vida será transformada en una experiencia maravillosa.
Oremos “Amado Padre Celestial, guíame a encontrar mis talentos y dones, muéstrame una familia de otros cristianos con quienes me pueda sentir útil e importante, donde pueda servir y dar lo mejor que tu me has dado, lo pido en el precioso nombre de Jesús, amén”.
Versículo: “Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús”. Romanos 15:5 (NVI)
Buen Día
Juan C Quintero
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