Es muy fácil que las presiones y las distracciones de la vida se conviertan en el centro de la vida.
Las presiones generando estrés, y las distracciones alejando la mente de las cosas importantes.
Pero sobre todo éstas dos situaciones alejan a las personas de su conexión con nuestro Padre Celestial.
Si meditas un poco, te das cuenta de que es así en tu realidad cotidiana.
Por ejemplo, ¿Cuál fue tu primer pensamiento del día?, ¿la preocupación por las deudas, o por el pago de los compromisos?, o tal vez, ¿estrés por la cantidad de trabajo que tienes en ese día?
Y ¿Cuál es tu primera acción de la mañana?, ¿mirar tu teléfono?, ¿encender la televisión?
Recién ha comenzado el día y ya está puesta la atención en las cosas terrenales, las cuales te llevan a sentir que los días son demasiado cortos lo que te lleva a empezar a correr totalmente estresado.
Pero, Dios nos creó para que empecemos el día confiando en Él, conectados con Él, leyendo Su Palabra y orando, colocando las cargas, compromisos y decisiones diarias en sus manos.
En pocas palabras, descansando en Él, para poder vivir en paz.
¿Sabías que el estrés es el mayor causante del desequilibrio del sistema inmunológico?; ¿Qué por estar estresados se afecta el sistema nervioso y el corazón sufre?
Por lo tanto, estar en paz es bueno para la salud, tanto de la espiritual como de la salud emocional y física
La paz que Dios nos ofrece no es solo un sentimiento, es un estado altamente poderoso.
Gracias a la paz de Dios podemos enfrentar cualquier situación, porque no la vemos desde nuestra perspectiva humana y emocional, sino que la enfrentamos desde el poder del Señor.
Jesús dijo en el evangelio de Juan capítulo 14, verso 27 (RVC) “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo”.
Recibe esta revelación, para que tu mente y corazón este alineado con el Señor.
Deja lo que estés haciendo ahora mismo, aunque sea por solo un par de minutos para orar, dándole gracias a Dios por la bendición de este día. Respira profundamente y deja que el amor y la paz del Señor te gobiernen trayéndote fortaleza y confianza
Versículo “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo”. Juan 14:27 (RVC)
Buen Dia
Juan C Quintero
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