El día de todas las personas tiene 24 horas; así que todos tenemos el mismo tiempo. Nuestras prioridades son las que determinan como utilizamos nuestro tiempo. A veces, postergamos una situación porque nos da temor enfrentarnos a ella. Todo lo hizo hermoso Dios en su tiempo y Él tiene en sus manos tus tiempos. Dios Es Señor de mi vida y de mi tiempo. ¡Dios enséñame de tal manera a contar mis días a fin de que haya sabiduría en mi corazón! (Jorge L. Cintrón)