Somos responsables de lo que hacemos. La decisión más importante que una persona puede hacer es entregarle su corazón a Jesucristo; de ahí en adelante Jesucristo se convierte en el Señor de la vida de uno y todo lo que uno haga tiene que ser de acuerdo con las normas de Jesucristo. Antes de hacer algo pregúntate: ¿qué haría Jesús en una situación como esta? ¿cómo lo haría Jesús? ¿colaboraría Jesús conmigo en lo que quiero hacer? Recuerda para el creyente Jesucristo es su Salvador y Señor. (Jorge L. Cintrón)