LUZ DEL MUNDO

Pastor Jorge L. Cintrón

“Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.” Juan 9:5

Al salir Jesús del templo en una ocasión ve a un hombre ciego. Luego de un dialogo con sus discípulos escupe en tierra, hace lodo con la saliva, y unta con el lodo los ojos del ciego. Luego le dice: “Ve a lavarte en el estanque de Siloé”. El hombre va; se lava, y regresa viendo.

La sanidad de este hombre ciego tiene varias particularidades: una de ella es que este hombre es ciego de nacimiento.

Jesús sanó muchos ciegos a través de su ministerio. Los evangelistas registran específicamente la historia de cuatro (4) sanidades de ciegos

Probablemente la más conocida es la de Bartimeo que se encuentra en Mateo, Marcos y Lucas. (Marcos 10:46-52, Mateo 20.29-34, Lucas 18:35-43) En otra ocasión dos ciegos siguen a Jesús dando voces y diciendo: “¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!”  Le siguen hasta la casa a la cual Jesús iba. Jesús les dice: “¿Creéis que puedo hacer esto?” Ellos dijeron: “Sí, Señor”  Jesús toca sus ojos  pronunciando estas palabras: “Conforme a vuestra fe os sea hecho”. Y los ojos de ellos fueron abiertos.

El ciego Sanado en Betsaida  (Marcos 8.22-26)  Jesús lo tomó de la mano y le sacó fuera de la aldea. Escupió en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. El, mirando, dijo: “Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan”. Jesús le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.

Y la historia del ciego de nacimiento, la cual referencia al comenzar este mensaje.

Al Jesús ver a la salida del templo al ciego de nacimiento los discípulos le hacen una pregunta:

“¿Quién pecó este o sus padres, para que haya nacido ciego?”

“Jesús le respondió: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo”. (Juan 9:3-5)

Este es el único milagro de sanidad que presentan los evangelios de una persona que nace con una enfermedad.

Se podrían comenzar a presentar varios argumentos para razonar sobre las enfermedades congénitas a la luz de esta historia.

Lo que quiero puntualizar en esta ocasión es que la pregunta de los discípulos mira hacia el pasado; ¿cómo llegó este a estar ciego? La respuesta de Jesús mira hacia el futuro: ¿qué es lo que yo voy a hacer en él?

Hay personas que están encadenados a las situaciones de su vida en el pasado que no le permiten tener una vida abundante en el presente. La vida en Cristo es una vida de posibilidades en el futuro.

Segunda particularidad; este hombre ciego no le pide a Jesús que lo sane, ni hace ninguna expresión inicial de fe. La fe es muy importante, pero la fe no determina el obrar de Dios en una vida. Así como cuán grande sea mí conocimiento de quien es Dios será las expectativas que moverán mi fe a esperar el obrar de Dios en mi vida. Por la mente de este hombre ciego de nacimiento, pienso yo, no estaba la expectativa de que el pudiera ver; así que no le era imposible tan siquiera pensar que él podría ver en algún momento. Hay personas que está tan acostumbrados a vivir con las circunstancias limitantes en su vida que no se pueden mover a actos de fe. Marta y María tenían fe para tener la expectativa de que Jesús podía hacer el milagro de sanar a Lázaro, pero muerto Lázaro todo había finalizado. Marta y María fueron sorprendidas por Jesús al este resucitar a Lázaro. El ciego de nacimiento fue sorprendido con su sanidad.

El milagro de la sanidad del ciego de nacimiento presenta el proceso de la revelación salvadora en Cristo Jesús.

Este ciego no sabía quién era Jesús.

Ante la pregunta de sus vecinos: “¿Cómo te fueron abiertos los ojos?” El respondió: “Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista”.

Más adelante al preguntarle los fariseos; “¿cómo puede un hombre pecador hacer estas señales?; ¿qué dices tú del que te abrió los ojos?” él hace otra afirmación: “Qué es un profeta”.

Al final de esta historia Jesús busca a este hombre y se entabla un dialogo entre ellos.

-¿Crees tú en el Hijo de Dios?

Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?

Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es.

Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.

El hombre no tan solo había sido sanado de su ceguera de nacimiento sino que la revelación de Dios había transformado su vida de obscuridad.

Antes de Jesús hacer este milagro del ciego de nacimiento le dice a sus discípulos: ““Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.” (Juan 9:5) También antes de ese milagro Jesús había dicho en el templo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8:12)

El evangelista Juan al iniciar su libro deja establecido en su prólogo el tema de la luz.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. ….. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho.” (Juan 1:1-5, 9,10)

Ese tema de la luz gira en torno a Jesús.

Jesús es la luz porque es Dios.

Jesús es la luz porque es el creador.

Jesús es la luz encarnada entre los hombres.

Jesús como luz es la vida de los hombres.

Nada podrá detener el triunfo de Jesús como luz del mundo

Además, Juan establece en su prólogo las consecuencias de no aceptar que Jesús es la luz.

“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.” (Juan 3:19-21)

Jesús a través del evangelio de Juan establece la necesidad que tienen las personas de venir a Él, la luz del mundo. “Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.” (Juan 12:35,36) “El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.” (Juan 11:9,10)

El ciego de nacimiento fue sanado por Jesús. El ciego de nacimiento después de haber sido sanado por Jesús conoció a quien es la luz del mundo.

N O T A:

Si al leer este mensaje quieres recibir a Jesucristo como tu Salvador personal envíame un mensaje a mi correo electrónico. Mi correo electrónico es cadenadeintercesión@yahoo.com Todo correo electrónico será leído solamente por este servidor y mantenido en completa confidencialidad.

Este mensaje será presentado el domingo 17 de marzo de 2018 a las 10:15am en el Pabellón de Oración de la Primera Iglesia Bautista de Cayey.